29.6.09

BAILE DE CANDIDATOS: LA ANTIPOLÍTICA PARA MADRID



Tan solo hace unos días que se han celebrado las elecciones al Parlamento Europeo y muchos menos días que hemos terminado de digerir los resultados: según dicen unos y otros, ¡buenos para todos! Los que gobiernan están seguros de seguir haciéndolo y los que hacemos oposición de que “el principio del fin ha empezado y su consumación tiene fecha de caducidad (2011)”.



Los ciudadanos siguen aún mareados con el baile de cifras y de argumentos de parte para salir ganador en la foto. Y ya hemos empezado con "un nuevo baile": el de los candidatos para las elecciones locales y regionales que se celebrarán, como ya se ha dicho, nada más y nada menos que dentro de dos años. ¡Viva la democracia insustancial! ¡Viva la telegenia, lo accesorio y la estrechez de ideas!



Algunos piensan que la política debe ser un baile de caras, una pasarela de modelos, de chicas y chicos guapos y resultones (casi al estilo Berlusconi) que aunque tengan pocas ideas en la cabeza y menos convicción para defender un proyecto político moderno que ensalce principios de ética pública para la libertad, la igualdad, la no discriminación y solidaridad, tengan el "gancho" suficiente para llenar páginas de alguna prensa escrita que se comporta como meros tabloides sensacionalista y programas de radio y televisión que no están interesados por argumentos e ideas muy elaboradas y sí por eslóganes y algún que otro improperio.




El Partido Popular en Madrid lo tiene claro: quiere jugar a esa forma de hacer política, máxime cuando la sirve aderezada de un supuesto enfrentamiento entre la Sra. Aguirre y el Sr. Gallardón. El Partido Popular sabe que ése es el mejor terreno para su estrategia política: dos caras conocidas, dos personas de carácter, con fuerza y ambición, que se amagan pero no se pegan, una lucha que se parece mucho al pressig catch donde hay mucha ostentación y fingimiento y pocos golpes.




Es un magnífico escenario político para el PP, personajes conocidos, mediáticos y con carácter y un debate sobre insustancialidad, sobre cuánto más cerca o más lejos del "líder supremo" (de momento) está uno u otro y qué posibilidad tienen de alcanzar más altas cotas de poder. Así sobra cualquier debate sobre ideas y políticas. Ni una palabra del funcionamiento de la sanidad, de las condiciones en las que están funcionando los nuevos hospitales privados, ni de la educación y la falta de plazas de escuelas infantiles ni, por supuesto, de cómo atajar la situación de crisis en nuestra Comunidad que, dicho sea de paso, se está viendo afectada mucho más que otras. Política descafeinada en cuanto a lo que interesa y preocupa a los ciudadanos y "política espectáculo" dirigida a las emociones, los instintos y el entretenimiento. ¡Lamentable!




Quiero denunciar desde esta tribuna el engaño y el falseamiento a la democracia que esa forma de hacer política supone. También quiero reclamar como socialista que de una vez por todas no revelemos, nos levantemos y digamos ¡basta hasta aquí hemos llegado! Los ciudadanos no son tontos. No son menores de edad puestos delante de un televisor. En Madrid hay mucha cultura y mucha formación y tampoco falta inteligencia natural. Los ciudadanos necesitan que alguien rompa esa dinámica de "amodorramiento político" y ponga el debate donde debe ser: en los problemas de Madrid y sus ciudadanos. Política de proyecto, política de futuro, política de mirada alta que no se obsesiona por recoger cuando no ha sido capaz ni tan siquiera de sembrar y generar liderazgo, confianza y credibilidad. ¡Será posible algún día!