27.9.10

Dos formas de comportarse ante la huelga


El miércoles 29 de septiembre los sindicatos han convocado una huelga general. El 90 % de los socialistas no compartimos los argumentos que han llevado a la UGT y a CC.OO a plantear este paro.



Es cierto que la situación de los trabajadores es especialmente difícil en estos tiempos de crisis. También es cierto que aquellos que son más responsables de la situación en la que nos encontramos intentan “escabullir” su responsabilidad y hacen todo lo posible por salir indemnes de las dificultades, a la vez que endosan el problema a los más débiles.



Pero ante la realidad de los hechos y los imponderables que impone el sistema, el Gobierno está plantando cara. Se trabaja con responsabilidad, con sentido de Estado, sin demagogia y siendo conscientes de que lo primero es salvar el bache en el que nos encontramos. Por eso se ha hecho la reforma laboral, se ha aprobado la Ley de Economía Sostenible y se han elaborado unos presupuestos que desde la austeridad no descuidan a los que más lo necesitan (desempleados, ancianos y jóvenes).



Los sindicatos no entienden y no comparten las medidas del Gobierno y, en ejercicio de su derecho, se manifiestan contra su política. Los socialistas comprendemos a los sindicatos y entendemos que no descuiden en tiempos de tanta dificultad los intereses de los trabajadores. Todos los hombres y mujeres de izquierdas participamos de la defensa de la condiciones de vida de los más necesitados; pero en el contexto en el que nos encontramos, quien tiene responsabilidades de gobierno debe mirar también por relanzar la economía cuanto antes, auque para ello deba pedir sacrificios a todos.



La mejor muestra de que los socialistas entendemos a los sindicatos ha sido la generosidad del Ministerio de Fomento, que muy pronto supo comprender cómo había que comportarte ante la huelga y pactó unos servicios mínimos que dieran normalidad al ejercicio de un derecho constitucional. Todos sabemos que de cómo transcurran las cosas en el transporte depende en gran medida el éxito o fracaso del paro.



¿Pero qué ha pasado en la Comunidad de Madrid? Pues que la Sra. Aguirre no ha querido pactar los servicios mínimos con los sindicatos. Que, aunque la huelga no va en su contra y el Ministerio de Fomento había indicado el camino para llegar a un acuerdo, ella ha procurado que se escenificase una ruptura entre Administración y sindicatos. Después, para encender la mecha, ha establecido unos servicios mínimos que han “indignado” a los trabajadores.



Desde luego la Sra. Aguirre es coherente con su estrategia de ahogar a los sindicatos y, con ellos, anular la organización obrera para la defensa de los intereses laborales. Es un paso más en su estrategia bien calculada de erosionar los elementos básicos del sistema democrático: partidos políticos debilitados, Parlamento refrendatario de su poder personal, sindicatos vituperados y política populista y carismática donde los ciudadanos son considerados como meros consumidores silenciosos.



Pero no basta con desarrollar una política que anule la participación cívica. Hay que procurar que el poder institucional no esté en manos de los que no son afines. Para ello, no basta con neutralizar a los ciudadanos sino que hay que boicotear a las Administraciones que están dirigidas por otras fuerzas políticas.



¡Espero equivocarme! Pero no pactar servicios esenciales en el transporte de Madrid no es más que una incitación a los sindicatos para que no cumplan los servicios abusivos que ha impuesto y, así, poder sentarse a esperar que el caos en la capital sea lo mayor posible y poder atacar al Gobierno y a los sindicatos: a uno por no haber parado la huelga y a los otros por haberla hecho provocando daños a los ciudadanos.



¡Una jugada redonda! Si no fuese tan evidente y tan constatable para todos los que conocen las artes políticas de la Sra. Aguirre. Al menos, espero que no haya ningún tipo de percance en los bienes o las personas.

22.9.10

Sobre las primarias




Los que llevamos muchos años trabajando en política sabemos bien de la dificultad para dinamizar a los militantes de un partido, incluso en procesos electorales. Desgraciadamente, en nuestro país, para llegar a la democracia participativa aún queda mucho trecho que recorrer.


Digamos las cosas como son, que partidos de gobierno, como son el PSOE o el PP, en una Comunidad Autónoma de casi siete millones de habitantes, tengan una militancia que no supera el 0.5 % es un grave problema.


Por lo tanto, cuando se produce un proceso político como las primarias del PSM, que sirve para activar a la organización, a sus militantes y para que los ciudadanos conozcan de nuestro trabajo, proyectos y candidatos, creo que todo el mundo debería estar de acuerdo en que es bueno para quien las promociona y para el sistema democrático.


Cuando escribo estas líneas ya se ha dado a conocer que la candidatura de Trinidad Jiménez ha conseguido casi seis mil quinientos avales, y, desde hace unos días también se sabe que la candidatura de Tomás Gómez tiene un número parecido.


Eso quiere decir que casi el 73% de los afiliados del PSM han estampado su firma por uno u otro de los candidatos, que el 73% de los afiliados se han activado y que han tomado posición en el proceso de primarias. Por supuesto, otra cosa será lo que después voten, aunque estos resultados algún indicio dan. Pero lo que está claro es que, además de que se habla de un proceso que dignifica la democracia interna de los partidos –en este caso del PSM- para elegir a sus candidatos, los afiliados se empiezan a movilizar y tienen las ganas de participar en el proceso preelectoral y en el electoral que vendrá después.


Seguro que de este proceso de primarias podremos sacar conclusiones que nos lleven a mejorar el sistema (por ejemplo, regular de forma más clara los órganos imparciales que controlan el proceso, los recursos económicos y materiales para los contendientes o un sistema de voto por correo), pero de lo que no me cabe la menor duda es que está siendo bueno para el PSM y, por tanto, para la democracia en España también.


Ahora toca que nadie lo estropee con exabruptos, que todos respeten las reglas del juego y que aprovechemos la oportunidad de estar en los medios de comunicación social para transmitir a los ciudadanos madrileños que hay un proyecto político social demócrata, de fortalecimiento democrático y de protección de los servicios públicos frente a las políticas ultra liberales y neoconservadoras de Doña Esperanza Aguirre. Ambos candidatos deben definir cual es la mejor manera para que esa comunicación se produzca, donde cada uno pueda resaltar sus potencialidades, pero en ningún caso buscando encerronas de filibusterismo político a corto plazo, sino siendo conscientes que uno y el otro deben prepararse para ganar al verdadero rival ideológico que es el PP.


Tampoco sobra que reflexionemos sobre quién puede liderar en mejores condiciones ese proyecto político alternativo al PP para Madrid. Quién de los dos candidatos presenta mejores condiciones por trayectoria política, por credibilidad ciudadana, por impulso político y capacidad de aunar e integrar a todos los socialistas madrileños.


Yo, en eso, lo tengo claro. Creo que esa persona es Trinidad Jiménez. No porque las encuestas le den como mejor candidata, que también-, sino porque claramente tiene más experiencia, más credibilidad, más capacidad de diálogo y, por eso, estoy seguro está en mejores condiciones para unir a todo el partido y colaborar con otras fuerzas políticas para cambiar Madrid. Por eso, el día tres de octubre le voy a dar mi voto para que sea nuestra candidata a la Comunidad de Madrid.

13.9.10

Curso clave para la universidad madrileña



Estos días ha empezado un nuevo curso en la Universidad madrileña. Va a ser el año en el que todas nuestras universidades estén adaptadas al Espacio Europeo de Educación Superior (el Plan Bolonia). Este proceso ha requerido un ingente esfuerzo para los centros universitarios; tanto es así, que ha supuesto cambiar radicalmente el modelo de universidad. En nuestra enseñanza superior ya se habla de Grado y Posgrado y, dentro de este último, de Máster y Doctorado. Supone cambiar las técnicas de cómputo de los estudios que se realizan, los controles de calidad de los centros y los profesores y, lo que es más importante, las técnicas pedagógicas y educativas. Toda una revolución que debe servir para facilitar la comparación entre universidades europeas, con lo que se favorece la movilidad de estudiantes y profesores. En definitiva: crear un gran espacio europeo para la ciencia, la investigación y la transmisión del conocimiento. ¡Nada más y nada menos!


La universidad, la investigación y el desarrollo tecnológico que conlleva es una de las potencialidades de nuestra Comunidad Autónoma. No en vano, contamos con 13 universidades, tenemos más de 276.000 alumnos, cuatro de las seis universidades públicas están entre las diez primeras de España y todas ellas cuentan con una plantilla de más de 20.000 personas que se dedican a la docencia, la investigación y el desarrollo. Pero, lamentablemente, en este inicio de curso nuevamente tengo que denunciar la falta de política universitaria en Madrid.


Es difícil de entender, pero la Comunidad de Madrid no tiene un Plan Estratégico que maximice el inmenso potencial de recursos materiales y humanos de nuestras universidades. Aunque en la inauguración del curso 2010-2011 la Sr. Aguirre presumía del dinero que se ha puesto para financiar la universidad, lo cierto es que fue en el 2006 cuando la CAM elaboró el último e incumplido Plan de Financiación de la Universidad. En el 2008 se firmó un Contrato Programa, que nuevamente se ha incumplido y, durante el 2010, el recorte de más del 4% en inversión en universidad ha llevado a que los Rectores hayan tenido que exigir públicamente el pago de retrasos de gasto corriente incluidos en el citado Contrato Programa. ¡Veremos que pasa con los Presupuestos del 2011!


Por eso es alucinante que la Presidenta alardee de gasto universitario, cuando incluso su Gobierno ha reconocido esos incumplimientos, además de decir que no iban a seguir haciendo frente a las inversiones en obras de rehabilitación. Hasta tal punto han llegado los recortes que algunos Decanos han visto en este último año reducido su presupuesto para obras más de un 40%, nada más y nada menos, que en un tiempo en el que se estaban habilitando sus centros para el Plan Bolonia.


Frente a esa política de estrangulamiento de la universidad por la CAM, el Gobierno de España ha sido el que, a través de iniciativas como el Programa Campus de Excelencia, ha otorgado fondos a las universidades públicas madrileñas para desarrollar proyectos de excelencia, con el objeto de impulsar la calidad y la mejora de los campus universitarios y alentar un nuevo modelo económico basado en el conocimiento. Tengo que recordar aquí que de los cinco proyectos a los que se otorgó la distinción Campus de Excelencia Internacional 2009, tres de ellos son de universidades públicas madrileñas.


Por todo ello, hoy, cuando inauguramos el nuevo curso, quiero desde esta tribuna denunciar la propaganda de Esperanza Aguirre en política universitaria y dejar constancia que quién se está implicando en el desarrollo y la modernización de la Universidad y el progreso de la Ciencia y la Investigación es el Gobierno de Zapatero.

6.9.10

Lo que se juega en las primarias


La crisis internacional y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria han sumido la economía española en una profunda crisis en los últimos años.



El Gobierno de Zapatero ha puesto todo su empeño para neutralizar cuanto antes la grave situación: corrigiendo la debilidad estructural de nuestro sector productivo, moderando el déficit, generando solvencia en los mercados financieros internacionales y, todo ello, sin descuidar las políticas sociales que arropan a los más necesitados (jóvenes, parados, ancianos, dependientes).



Está siendo un esfuerzo ímprobo, pero pese a datos negativos coyunturales, se empieza a ver la luz al final de túnel. Los próximos veinte meses serán clave para reactivar nuestra economía y poder recuperar el apasionante proyecto de políticas sociales que en la legislatura pasada pusimos en marcha los socialistas (mejora de las pensiones, ley de dependencia, apoyo a la natalidad, becas, ayudas a la investigación y el desarrollo).



Si las cosas funcionan en este sentido, el proyecto social demócrata que lidera José Luis Rodríguez Zapatero recobrará fuerza, se reducirá el paro que la crisis ha generado y podremos relanzar las políticas de igualdad y fortalecimiento de la libertad en España. Por supuesto, en ese momento, las expectativas electorales del PSOE para el 2012 mejorarán sustancialmente. Todo lo anterior viene a propósito de los guiños en clave Nacional que algunos están haciendo en el proceso de primarias en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.



Se equivocan de medio a medio los que así actúan. Por supuesto, están haciendo un flaco favor al proyecto socialista y alimentan la estrategia de la derecha social y mediática. De lo que se trata ahora es de que los militantes madrileños elijamos a los mejores candidatos para enfrentarnos a la derecha en las elecciones regionales y municipales del 2011.



Las primarias serán un proceso político interno que si es llevado limpia y lealmente, contribuirán a revitalizar nuestra militancia y nuestro electorado; nos pondrá en mejores condiciones para afrontar las elecciones del 2011, fortalecerá la democracia en el partido socialista y, por ende, el proyecto socialista Nacional.



Cuando los militantes socialistas vayamos a votar en las primarias, tenemos que tener bien claro que lo que se está jugando es elegir el mejor candidato/a para enfrentarse al PP en Madrid. Se trata de que el proyecto socialista que entre todos hemos construido, tenga las mejores opciones para hacerse realidad a partir de la primavera que viene. Aquéllos que juegan a otra cosa, que se dejan embaucar por los cantos de “liderazgo galáctico”, equivocan gravemente el tiro y hacen un flaco favor al proyecto socialista que, como siempre, ha de estar por encima de los intereses personales.