7.6.11

LA LETRA PEQUEÑA DE LAS ELECCIONES LOCALES



Después de más de una semana desde las elecciones locales y autonómicas y una vez pasado el “vértigo” que la emoción de la victoria o la desolación de la derrota produjo en unos y otros, llega el momento de analizar la “letra pequeña” que esas elecciones han escrito en la política española.

Lo primero que se puede observar es que la pérdida de votos del PSOE es significativamente más importante que la ganancia del PP: el primero ha perdido 1.500.000 votos y el segundo ha ganado 500.000. En segundo lugar, Izquierda Unida, que podría ser una fuerza política que recogiese parte del voto que ha abandonado el PSOE, no ha mejorado sus resultados de forma muy apreciable: tan sólo ha aumentado 220.000 votos respecto al 2007. Por su parte, el voto nulo y el voto en blanco que ha rondado 1.000.000 de sufragios incorpora más de 200.000 nuevas adhesiones respecto del 2007. Finalmente, UPyD, nueva fuerza política en estas elecciones, consigue 465.000 votos. Habría que incorporar los datos de otras fuerzas políticas y candidaturas, pero para lo que quiero reflejar en estas líneas creo que esos números son suficientes.

Desde mi punto de vista, con estos datos no es para que el PP esté tan eufórico cómo se mostraba la noche electoral. Desde luego que la sangría sufrida por el PSOE le ha llevado a pintar de azul la mayoría de los municipios y comunidades de España, pero si tenemos en cuenta que la campaña electoral que realizó el PP fue en clave nacional dudo que sea para estar tan contentos.

No dudo que esa campaña en clave nacional haya servido para fijar la estrategia que el PP ha puesto en marcha desde hace años, imputar a Zapatero todos los males que está sufriendo nuestro país por culpa de la crisis económica: el paro, el déficit, la debilidad de nuestro sector productivo, la deuda externa, la crisis de los bancos, etc... ¡Todo culpa de Zapatero! Sin duda, que muchos ciudadanos han comprado ese producto, pero me temo que ha sido más por el disgusto y la desesperación que esas personas sufren ante la situación en la que nos encontramos que por que las propuestas del PP para corregir esos problemas les hayan convencido. Se comprueba, nuevamente, que también en política es más fácil destruir que construir.

Es cierto que la consecución de una victoria tan sonada en municipios y comunidades autónomas puede allanar el camino para la victoria en unas elecciones generales, de hecho, ese efecto se ha producido en más de una ocasión. Ahora bien, de ningún modo garantiza que así sea. Más al contrario, se demuestra una vez más que el liderazgo y el proyecto político de Mariano Rajoy tiene grandes debilidades. La más importante es que, más allá de culpar a Zapatero de todas las desgracias de España, no ofrece ni una propuesta en positivo que le consolide como una alternativa creíble de gobierno.

Por eso, los resultados de las elecciones de 2012 están por escribir. Los ciudadanos nos han dado a los socialistas un aviso de notables dimensiones en las elecciones locales, nos han dicho que por ese camino no vamos bien y debemos hacer cambios importantes. Pero de ningún modo han dicho que estén convencidos que el PP sea la solución que necesita España.

Ahora toca poner en marcha los cambios que nos acerquen a los problemas de los ciudadanos. Para empezar, la más que previsible elección de Rubalcaba como candidato para las elecciones de 2012 aclaran los problemas de liderazgo. Pero digamos las cosas con toda claridad: no es suficiente. Los españoles conocen bien al PSOE y saben lo que quieren de él: políticas de Estado comprometidas con la cohesión y el desarrollo de España que conlleven un fuerte compromiso con la igualdad y la solidaridad.

También quieren representantes que les hablen claro, que tengan proyectos bien definidos y con una estrategia predeterminada. Los ciudadanos no son tontos y entienden de responsabilidad compartida cuando se les explican las cosas clara y sinceramente. Por ahí también el PSOE debe recorrer un buen camino para recuperar parte del electorado perdido, reorganizando sus políticas y explicando con claridad los sacrificios que se reclaman a cada sector de la población.

Si el PSOE sabe corregir los errores políticos cometidos, sabe explicar las decisiones que se han de tomar y pone a punto su organización seguro que podremos encarar con más seguridad la salida de la crisis que se empieza a divisar y, consiguientemente, las expectativas electorales para el 2012 cambiarán sustancialmente. ¡Veremos!

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