9.7.08

ESPAÑA LIDER EN EUROPA EN POLÍTICA MIGRATORIA

La inmigración, junto con el cambio climático y todo lo que comporta, va a ser una de las cuestiones políticas más importantes de las próximas décadas. Por ello, afrontarla integralmente, estudiando todos los efectos - positivos y negativos - para diseñar estrategias inteligentes, que es lo que hace el Pacto Europeo de Inmigración y Asilo que han acordado Francia, España y Alemania, entiendo que es el “buen camino” para tratar esta capital cuestión política y social.

Como mi intención en este artículo es ensalzar el Pacto Europeo de Inmigración y Asilo y otras medidas que contribuyen a racionalizar la política migratoria, no me voy a detener mucho en el “acto fallido” que ha supuesto la Directiva de “retorno de inmigrantes”. Pero si tengo que lamentar que, ante la dureza del trato y la parcialidad en la actuación con los expulsados, hayamos tenido que oír argumentar “¡mejor eso que nada!, ¡al menos así esas personas tienen algunos derechos cuando los llevan a un centro de internamiento o cuando los expulsan!”. Claro que ante este planteamiento la pregunta llega sola: pero, ¿cómo han podido entrar en la Unión Europea países que no respetan los derechos humanos más esenciales?

Frente a esa equivocada línea de actuación, el Pacto Europeo que en estos primeros día de julio se empieza a negociar plantea el asunto de la inmigración de forma más global, más integral, teniendo en cuenta todas las variables que tiene. Un documento que ante el problema de las personas que llevan en nuestros países un largo tiempo de forma irregular, pero se puede decir que están integrados puesto que trabajan, tienen su familia y un espacio de convivencia como cualquier persona autóctona, acepta las regularizaciones caso por caso. Un acuerdo que se va a requerir de los Estados para que tomen medidas para favorecer la integración cultural de los inmigrantes en sus países (aprendizaje de la lengua, acceso al empleo, a la vivienda). Que reconoce que las migraciones contribuyen al crecimiento económico de la Unión Europea y que los Estados los necesitan para equilibrar sus pirámides de población y cubrir las ofertas laborales de muchos sectores económicos.

Para los que hemos trabajado durante los últimos años en la política migratoria en España ese documento nos llena de alegría. Durante estos años el Gobierno de Zapatero ha sabido hacer frente con firmeza a la inmigración ilegal con el control de fronteras, para ello, hemos firmado más acuerdos de repatriación que ningún otro país; se ha puesto más dinero que nunca para la ayuda humanitaria y la integración; se ha aprobado un Plan de Ciudadanía en Integración (PECI); se está aportando más de un 0,5 del PIB en Ayuda al Desarrollo; y hemos organizado un proceso de contratación en origen que facilita la inmigración legal.

Pero la política lider en inmigración de los socialistas españoles en Europa que ha llevado al Pacto europeo del que me estoy ocupando, no queda ahí, también estos días se está fortaleciendo cuando en el 37 Congreso hemos aprobado una Resolución que pide el voto en las elecciones municipales de los inmigrantes regulares que lleven más de cinco años en nuestro país. Medida que, sin duda, ayudará a la integración de esas personas y a que se les tenga más en cuenta.

Aquéllos que tienen una idea decimonónica de la ciudadanía asocian el derecho de sufragio con la nacionalidad. Sin embargo, hoy estamos en los inicios del siglo XXI y vivimos en sociedades abiertas, multiculturales, multirraciales donde la homogeneidad del siglo XIX ha desaparecido. Y, además, esto es un hecho imparable, ¡digan lo que digan los Estados o la Unión Europea! Vivimos en sociedades que tienen un porcentaje de dos dígitos de personas residentes que no son nacionales pero que están legalmente. Personas que trabajan, que contribuyen a la riqueza nacional, que reclaman servicios públicos, pero que no votan.

El voto en una democracia representativa es fundamental, es la forma más fuerte que tiene una persona o un colectivo para hacer valer sus derechos e intereses. Digámoslo con claridad: ¡si votas cuentas! Si no, tan sólo la caridad, la moral o la pretensión de quedar bien ante otros hace que la política se interese por esas personas.

Dice Pettit, un autor que gusta mucho al Presidente Zapatero, que la “libertad como no dominación” es aquélla que tiene un individuo que vive en una sociedad donde los otros no interfieren en su actuar de forma mediata o inmediata, no le tratan arbitrariamente o, actúan, sin más, en su nombre. En definitiva, que la libertad en una sociedad no es tan sólo la “no interferencia”, es poner las condiciones para que las personas puedan actuar y expresarse como deseen, sin miedos o condicionamientos debidos a la situación de poder que sobre ellos detentan otros.

¿No creen ustedes que eso es lo que sucede con los inmigrantes que llevan años entre nosotros y que estando legalmente no puede votar? Los extranjeros son personas que, como también dice Pettit, son “ilibres”, que en la práctica no tienen libertad puesto que no pueden hacer valer sus derechos mediante el voto en las elecciones. Por eso, que al menos participen de las elecciones municipales me parece más que de justicia, ¡de dignidad! Vamos a hacer que esas personas sean un poco más libres y los vamos a integrar más en la sociedad donde trabajan, contribuyen y necesitan prestaciones.

Algunos puede que digan que esto es difícil con la regulación de nuestra Constitución. Para ellos sólo unas líneas finales que les animen a una pequeña “investigación” en Derecho Constitucional e Internacional.

El artículo 13.2 de la Constitución establece que a los extranjeros tan sólo se les puede reconocer el derecho de sufragio en las elecciones municipales si hay acuerdo de reciprocidad con el país del que son nacionales. Pues bien, vean los Convenios de Cooperación y Amistad suscritos por el Reino de España con Argentina, Colombia, Uruguay, Venezuela y, ¡especialmente! Chile (Convenio de 19 de octubre de 1990) y comprobarán lo fácil que es solucionar el problema con los nacionales de estos países. Si, además, comprueban que Chile aprobó ya dos leyes (la Ley 18.556 y la Ley 18.700) que reconocen el derecho de sufragio en las elecciones municipales a los extranjeros que hayan residido cinco años en su país, verán que las condiciones para que los chilenos voten en España ya están dadas.

Pese a los “pequeños disgustos” que en los últimos días hemos pasado con algunas medidas europeas, tanto el Pacto europeo recientemente firmado, que se ocupa de la inmigración de forma integral: organizar la inmigración legal, luchar contra la inmigración ilegal, control de fronteras, garantizar el retorno, favorecer la integración, colaborar con los países de origen y desarrollar política de desarrollo; como la Resolución para el derecho al voto de los inmigrantes en las elecciones municipales que hemos aprobado los socialistas españoles, podemos seguir pensando que nuestras sociedades desarrolladas y cultas sabrán dar una solución inteligente al reto de los flujos migratorios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

aqui el problema es que se mira mal a los de piel mas oscura. eso esta mal. los mejores puestos de trabajo los estan copando extranjeros comunitarios muy rubitos y bonitos pero igual se llevan buenos sueldos en contra de posibles empleados españoles. ahora, valgan verdades, el español no esta para medirse con un ingeniero frances, aleman o ingles, por ello, venga a seguir viniendo gente de fuera a ocupar estos puestos pero como no "se nota" nadie dice nada. se dice de los que si "se nota" y eso es xenofobia clarisima. lo que si esta muy mal es que el gobierno permita que sin papeles sigan aqui chupando de la teta del estado, que inmigrantes en paro por x meses sigan aqui chupando de la misma teta ya chupada por los anteriores y que sigan llegando mas inmigrantes sin y con oficio a buscar trabajo donde no hay porque al estado le encanta que le chupen las tetas. porque coño no somos como australia y canada en politica migratoria?, alli al de fuera que "se note" o "no se note" le miran bien porque van a generar riqueza, aqui a la ya muy chupadisima teta estatal se le tiene que añadir que mucha de esa leche se va afuera en remesas. aqui el problema no son los inmigrantes, no señor, no les mire mal ud. don editor, aqui el problema es que el estado es una grandisima puta que adora que le chupen las tetas gratis y que no tiene los huevos que haria falta para administrar la situacion. ergo, venga el frente nacional a seguir haciendo el trabajo de hormiga hasta que venga un iluminado de estos tipo el del bigotito y se monte la de san quintin... solo para ver que el problema no era de los inmigrantes pues ya no habra mas, si no de la gramputa estatal que permitio que todo por ir en plan progre se fuera a la misma mierda, si los mismos gavachos ya no se creen eso de legalite, equalite y liberte como es que aqui no los hemos tomado tan a pecho!. por otro lado que culpa tendran los inmigrantes de esta españistan cuando lo que deberian hacer en general es el trabajo basura y oh mira tu que sorpresa el español promedio esta a lo mucho capacitado para poner ladrillos. esperemos que esta situacion no les pase a nuestros vecinos franceses ya que los hemos nombrado y miren mal a los españoles que al parecer solo servimos para recoger fresas en sus campos y al final nos dejen entrar en las discotecas alemanas y quiten los cartelitos de prohibido perros y españoles en holanda. en fin, vamos a seguir rompiendo el hilo por la parte mas debil y hechar la culpa a los putos inmigrantes como siempre se ha hecho en las sociedades podridas donde hay que mirar mal al de fuera o al que piensa diferente para buscar una explicacion del cuando se jodio españa.