1.9.08

REFLEXIONES ANTE EL XI CONGRESO DEL PSM


Llevo muchos años afiliado al PSOE y militando en el PSM. Nunca he participado de “familias” o “camarillas”, pero procuro estar atento a la organización y funcionamiento de mi partido, puesto que creo que es una pieza fundamental de la sociedad española para hacer efectivos valores que nos unen a muchos: vivir en una sociedad donde desde el respeto a la libertad se luche por la consecución de mayores cotas de igualdad y solidaridad.


Hace catorce meses acepte con entusiasmo la llamada de Tomás Gómez para participar de su Ejecutiva en el convencimiento de que podíamos iniciar una nueva etapa en el socialismo madrileño que, sin despreciar lo bueno de tiempos anteriores, produjese el revulsivo que la sociedad nos estaba reclamando. Transcurrido este tiempo tengo que decir que desde mi punto de vista no ha sido así.


Durante estos catorce meses han sucedido muchas cosas en la política madrileña: los Gobiernos de Esperanza Aguirre y Ruiz Gallardón se han visto envueltos en graves casos de corrupción que han escandalizado a la sociedad; el proceso de privatización de la sanidad pública se ha extendido tanto que incluso ha llegado a centro sanitarios de municipios gobernados por compañeros socialistas; la educación está en los niveles más bajos, con centros públicos escasamente financiados, aulas en barracones, incumpliendo los decretos que establecen las ratios de alumnos por aula, escasísimas escuelas infantiles y presiones a las Asociaciones de Padres de Alumnos que denuncian la situación de la escuela y defienden la enseñanza pública.


Todo ello, sin olvidar la situación de debilidad de nuestra economía sustentada por el ladrillo especulador y los pelotazos urbanísticos; el descontrol medioambiental, que está haciendo de Madrid una de las ciudades más contaminadas de Europa; las agresiones a nuestros parques naturales o, para no extenderme más, el empobrecimiento democrático con estrategias de manipulación informativa que se parecen mucho a las técnicas Goebberianas.


Ante todos estos acontecimientos ¿dónde hemos estado los socialistas madrileños? No conozco ningún caso donde se nos haya visto liderando la oposición en algunos de estos temas, ¡y no ha sido por falta de ganas de muchos! En el mejor de los casos nos hemos sumados a alguno de ellos y, en no pocos supuestos, tan sólo bajo la tutela de instancias superiores. En otros, hemos llegado a ellos arrastras, que más parecía que teníamos algo que ocultar. Por supuesto, en las reuniones de los órganos de dirección nunca se habló de política y muchos de los que allí nos sentábamos nos enterábamos de la posición política del partido por la prensa.

El problema es que nos ha faltado un proyecto y una definición clara de nuestro modelo en muchas de las políticas públicas que se hacen en Madrid. Que no tenemos una estrategia bien definida para desarrollar un buen trabajo de oposición a un Gobierno de la derecha fuerte y sin complejos y, ¡digámoslo todo! Tampoco nos sobran equipos con capacidad y liderazgo en la calle y los medios de comunicación.


Recomponer y corregir todos estos problemas, visualizados en estos catorce meses, es lo que debería hacer el XI Congreso del PSM. Algunos nos hemos puesto al frente de ese debate desde la convicción de que es una responsabilidad democrática con nuestro partido y la sociedad madrileña. Otros quieren pasar de puntillas sobre los problemas y que el Congreso se celebre sin debate de ningún tipo, y su único argumento es que se han acabado las familias, ¡que está bien! Pero se dedican todos los días a poner nombres a los miembros de su Ejecutiva cuando ni tan siquiera son candidatos ni conocemos los términos del proyecto político a ejecutar.


El próximo fin de semana los socialistas madrileños no debemos desaprovechar la oportunidad que la democracia interna nos ofrece para que con libertad digamos cuanto creamos que puede mejorar nuestra posición política y, por supuesto, no debemos dejarnos intimidar por los que intentan imponer la mordaza con el argumento de la ética de la responsabilidad.


Si somos capaces de hacer un debate limpio, sincero y democrático seguro que saldremos más unidos y con un proyecto claro, una estrategia definida y un líder y un equipo potente capaz de ganar el 2011. ¡Qué así sea!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Haber si es verdad que como dice hoy MADRID DIARIO se puede contar con candidato alternativo a Tomás Gómez, por qué si no éste, siguiendo las directrices de Ferraz, no es que "elimine" a las "familias" si no que se va a cargar a toda la parentela del PSOE madrileño. Eso sí, apoyado por Ferraz y por los que se han "distanciado" de las familias para acogerse a los "fulanismos".

Toman la mala dirección para de una vez por todas intentar recuperar la Comunidad y el Ayto. de Madrid. ¿O se va a conseguir con la reaparición, entre vuelo y vuelo de Trinidad Jiménez y compañia. Pero ellos, en la oposición ¿ dónde se puede estar más cómodo?

Anónimo dijo...

Si bien es cierto que los silogismos a veces llevan a conclusiones erróneas, de vez en cuando se puede llegar a algunos resultados bastante curiosos.
Dicen que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos posibles y conocidos a día de hoy. Nada tengo en contra de ello.

Por otro lado, la democracia se nutre y se sustenta en los partidos políticos, que son la vía de los ciudadanos para hacerse oir en la sociedad y participar de la misma.
Asimismo, en nuestra tan querida Constitución, con la que se nos llena la boca cada vez que la nombramos, con la que proclamamos la democracia a los cuatro vientos y, criticamos si otros no la dejan ejercer, nos dice que "Su estructura interna (partidos políticos) y funcionamiento deberán ser democráticos."
Me río de esta democracia.

Nos hemos instalado en el ordeno y mando, en el estás conmigo o contra mí, en el "quien se mueva, no sale en la foto" y demás prácticas que poco dejan a la sana participación democrática.
Pero lo peor de todo no es esto, sino que radica en que nuestra futura clase política que está "pisando" peldaños, está nutriendose de este ideario.
Bendita democracia! Si es así, prefiero buscar un nuevo sistema porque este huele a podrido.

Desde luego, como país puede ser que nos estemos igualando a Europa, pero, ¿y en calidad democrática?, ¿y en funcionamiento de los partidos políticos?.
Desde luego en la media de los 27 estamos bien arriba, "gracias" a la entrada de los nuevos países, pero ¿y respecto a los 15? Ya nos vamos distanciando de la cabeza, ¿y si miramos a la media de los 9 primeros? No digo los 6 fundadores porque sufro de vértigo, pero es para plantearse muchas cosas.
Y luego nos alarmaremos porque la abstención cada vez es mayor entre la ciudadanía.

Trabajemos todos juntos en mejorar el sistema, aunque desde luego, a día de hoy, y visto lo visto recientemente, parezca una utopía.