11.11.09

Política que avergüenza a Madrid


Madrid tiene muchos problemas. El primero, el aumento alarmante del paro. Ya estamos casi en medio millón de parados en nuestra Comunidad. No menos importante, y unido al anterior, es la rapidez con la que se están destruyendo empresas y negocios de los autónomos que constituyen la base de la economía madrileña. Qué decir de la educación, que tanto en los niveles infantiles, primarios e incluso universitarios, malvive gracias al voluntarismo de los profesionales, puesto que el presupuesto no les llega ni para pagar las facturas de la luz y el gas. Tampoco nos podemos olvidar de la sanidad pública, cada día más acorralada y con profesionales más desmotivados por la falta de apoyo y recursos. Las asociaciones y los colectivos profesionales se desgañitan en las calles denunciando estos asuntos pero nadie les escucha y nadie les apoya, ¡solos y abandonados! Al mismo tiempo la política sigue en los salones y sobre las moquetas alfombradas.



Si nos fijamos en Madrid capital la cosa no es menos grave: los impuestos, las tasas y los precios públicos suben un día y otro también para pagar obras faraónicas que tan sólo responden a los delirios de grandeza del Alcalde. Mientras tanto, el tráfico sigue siendo un caos que se agrava cada día. El asfalto de las calles y las baldosas de las aceras se levantan y se pegan permanentemente en una suerte de obra infinita que está llevando a los madrileños a la desesperación y la locura. Y qué me dicen de la contaminación en Madrid. La sequía, el cambio climático, las chimeneas y los tubos de escape están sembrando Madrid de gases venenosos y el número de enfermos y muertos por problemas respiratorios aumenta año tras año. ¡Pero no se preocupen!, la Concejala de Medio Ambiente (Parques y Jardines creo que se llama el Área) tiene la solución: pedir a los ciudadanos que “circulen”, que no se queden parados en un sitio, y ordenar que se retiren las estaciones que miden la contaminación en la capital. Ya saben: “ojos que no ven…”.



Madrid tiene muchos problemas. Y puesto que es así, la pregunta sería: ¿pero tiene Madrid una clase política que trabaje para solucionar sus problemas? Viendo como se comportan algunos dirigentes políticos madrileños empiezo a tener serias dudas de que así sea. Podría poner múltiples ejemplos, pero como evidentemente no es posible, me limitaré a los casos más recientes, más publicitados y más sangrantes.



El primero, el “Caso Gürtel”. Todo el mundo sabe que es unos de los supuestos más graves de corrupción política que se ha dado en España, que enfanga a todo el PP, pero que Esperanza Aguirre y el Gobierno de Madrid es quién más tienen que aclarar en cuanto a sus relaciones con los sujetos que componían la trama. Sin embargo, frente a lo que la razón reclama -entrar en el fondo del asunto y limpiar toda mancha de corrupción- se toman medidas que lo único que buscan es “dejar fuera de juego” al adversario político, que evidentemente no está en otro partido, sino en el propio: en la calle Génova o en la ciudad de Valencia.



El segundo, el “Caso de los Espías de la Comunidad de Madrid”, lo que Manuel Cobo llama la “pequeña gestapillo” que parece se dedicó durante años a gamonear a políticos de todo signo, pero fundamentalmente del propio PP, para que los dossieres bien documentados estuviesen preparados en el cajón de quién Manda por si alguien un día se me pone díscolo y hay que llamarle a capítulo.



El tercero, el “Caso Caja Madrid”, donde uno ya no sabe quién es quién y qué fines persigue: Esperanza intentando poner de presidente a uno de los miembros de su Gobierno que más manchado está por los múltiples casos de corrupción que le están salpicando. Rajoy promocionando a un candidato que hasta ahora no han dicho “esta boca es mía” y que se ha destacado recientemente por abandonar una responsabilidad financiera internacional que comprometía a España por meros intereses personales. El Alcalde de Madrid callado pero sacando a su alter ego a que incendie el bidón de gasolina que se derrama por todas las plantas de la sede de Génova.



Los ciudadanos en Madrid tienen muchos problemas. Pero estoy seguro de que la sociedad será capaz de solucionarlos antes o después. Es cierto que sin una buena dirección política costará más tiempo y más sacrificios, pero se solventarán. Ahora bien, esos dirigentes políticos que avergüenza a una sociedad que se esfuerza todos los días para salir adelante y zafarse de los apuros ¿será capaz de dignificarse haciendo la maleta y marchándose a casa? Tengo la impresión de que no. No importa…..llegará la primavera del 2011 y entonces hablaremos. Mientras tanto, quizás lo mejor sería no hacer el mínimo caso a gente que no tiene nada que decir y que sólo se ocupa de urdir conspiraciones frente adversarios reales o supuestos.

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