12.1.10

Año de nieves...




Dice el refrán que “año de nieves, año de bienes”, y la verdad es que después de más de dieciocho meses de rigurosa crisis económica no vendría mal que así fuese, en Madrid y en toda España.






De momento, la última nevada nos ha traído, además de bellas estampas en parajes y rincones emblemáticos de Madrid, una muestra más de cómo se ha de trabajar desde las Administraciones Públicas para resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía.






No es la primera vez que me ocupo de la buena coordinación entre el Ministerio de Fomento del Gobierno de España y la Comunidad Autónoma de Madrid, pero creo que merece la pena “repetirse”. Todos los madrileños saben que la nevada de la noche el lunes once fue una de las más intensas de los últimos años; que, además, las bajas temperaturas provocaron importantes capas de hielo, y que, todo ello, pronosticaba un día, cuando menos, complicado para el martes doce. Sin embargo, el trabajo intenso, organizado y sistemático de las máquinas quitanieves y la distribución de sal por ambas Administraciones, junto con la inteligencia de la ciudadanía que decidió dejar el coche en casa y utilizar el transporte público, hizo que un día que se pronosticaba caótico fuera un día más, un día incluso con menos atascos de los habituales en Madrid capital.






Pero, para decirlo todo, no se puede olvidar que la diligencia de las Administraciones Central y Autonómica y los medios y recursos que pusieron para resolver los problemas de la nevada no fueron acompañados por la acción de los municipios de la Comunidad Autónoma. Seguro que en muchos de ellos no por falta de ganas para solucionar las dificultades de tránsito de sus conciudadanos, sino por la insuficiencia de medios con la que tienen que hacer frente a servicios, en la mayoría de los casos, mucho más complicados que los que realizan las otras Administraciones.






El supuesto que nos ocupa en un buen ejemplo: quitar nieve y hielo entraña cierta complicación cuando se hace en carreteras, pero sin duda alguna, más complicación conlleva quitarlos en calles y aceras atestadas de coches y viandantes circulando. Algunos de esos municipios echaron mano del Ejército y tuvimos la posibilidad de ver por primera vez en Madrid actuar a la Unidad Militar para Emergencias Civiles (UME), una inteligente y acertada función que la nueva Ley de Defensa Nacional (2005) ha conferido a nuestras Fuerzas Armadas –nuevos tiempos, nuevos servicios-.






En cualquier caso, que tomen nota los Gobiernos de la Nación y de la Comunidad Autónoma y recuerden que no basta con cumplir con los cometidos que las leyes les confieren, sino que, además, hay que analizar las insuficiencias de los municipios para poder afrontar estas situaciones de emergencia y ponerles solución antes de que sucedan.






De nuevo aprovecho esta columna para enviar mis felicitaciones al Señor Ministro de Fomento y a la Señora Presidenta de la Comunidad por el nuevo ejemplo de cómo se puede hacer política que sirve a los ciudadanos y no a los intereses estratégicos y electoralistas de los partidos políticos. Seguro que con esta forma de trabajar de ambas Administraciones muchos madrileños distanciados y hastiados de los políticos se reconciliarán con ellos y volverán a creer en la gestión pública y en sus responsables.






Pero como de este acontecimiento climatológico también se ha deducido una deficiencia en la acción de los municipios para resolver el problema, quiero aprovechar la oportunidad para reclamar de los ediles locales más contundencia en la reivindicación de medios y recursos para poder hacer frente a la prestación de los servicios que se les reclaman. No hace muchos días oí a Pedro Castro reivindicar que se afronte la financiación de las corporaciones locales. Pues bien, sumémonos todos a esa petición y apoyemos al Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias de España para que cuanto antes, y desde luego nunca después de la aprobación de la nueva Ley para las Administraciones Locales, se afronte una redefinición de las competencias de los municipios y los recursos necesarios para poder hacerles frente. Si conseguimos que los municipios estén bien dotados económicamente y la buena coordinación entre Administración Estatal y Autonómica se extienda también al espacio local, seguro que Madrid saldrá pronto de la crisis y dará buenos ejemplos de cómo se gobierna para los ciudadanos.






Posdata: Este artículo no es una carta a los Reyes Magos, es un mensaje a la sensatez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, la verdad es que vistos los caos anteriores me sorprendió como se preparó la ciudad para la gran nevada.

Estoy de acuerdo con el comentario.

Quizás para el futuro habría que tener previstos más medios para deshelar a los aviones de Barajas. Allí si que hubo un cierto caos.

Manuel Sánchez de Diego