14.4.11

Bachillerato de excelencia


La Sra. Aguirre, haciendo gala de la valentía que la caracteriza, ha situado en el tablero del debate político preelectoral nada más y nada menos que el modelo educativo. ¡La felicito por el acierto que ha tenido! Además, le adelanto que estoy totalmente de acuerdo con la idea de que el Bachillerato madrileño sea de excelencia. La educación española y la madrileña en particular, necesitan que hagamos cuantos esfuerzos sean necesarios para mejorar las capacidades formativas y humanas de generaciones que, sin duda, tendrán que sobrevivir gracias a que sus cabezas y sus almas sean capaces de entender el mundo de cambios constantes y fulgurantes en el que les va a tocar vivir y tomar decisiones.



Sin embargo, me temo que no estamos de acuerdo con los métodos a utilizar para llegar a ese objetivo. La Sra. Aguirre, como liberal confesa, ha tomado un camino que encantaría a algunos doctrinarios de esa ideología y a sectores que no tienen problema para confesar su creencia en una sociedad estratificada en la que, dependiendo del origen o las condiciones económicas de la persona, se pueda llegar a un nivel u otro en la escala social, económica y profesional.



A aquéllos que no estamos de acuerdo con sus postulados, la Sra. Aguirre nos llama “socialistas dogmáticos”. Le debo recordar que dogmática es aquella persona que asume una religión, una doctrina o un sistema de pensamiento como ciertos, que los considera verdades absolutas y que, por lo tanto, no se molesta en buscarles explicación o darles una razón. Precisamente es lo que está haciendo la Sra. Aguirre con el tema educativo y la solución que ha puesto sobre la mesa para mejorar el rendimiento de nuestros alumnos: dar por cierto, que con la selección de “los mejores” y la creación de centros especiales para ellos va a conseguir mejorar el rendimiento del sistema educativo y un mayor progreso para la formación de esas personas. Desde mi punto de vista no es así y quiero traer a estas páginas mis argumentos para que la Sra. Aguirre no me llame “dogmático”.



La educación es una actividad muy compleja para pretender solucionar sus problemas con reduccionismos electorales. La educación, sobre todo en los niveles infantil, primario y de estudios medios, debe cumplir al menos dos grandes objetivos:


- Por un lado, formar al estudiante en los recursos orales, gramaticales, de ciencia, sociedad y filosofía suficientes para poder integrarse en la sociedad productiva o seguir en estadios educativos superiores formándose para desarrollar una actividad profesional especializada.


- Por otro, la educación debe ser un instrumento básico para que el ser humano desarrolle las prácticas necesarias para vivir y entender la comunidad en la que se inserta. La educación en este sentido es un espacio para la integración social y cultural de la persona y el medio más adecuado para desarrollar las habilidades cívicas de convivencia: respeto a los otros, sentido de libertad, tratos en igualdad y no discriminación y capacidad para resolver los problemas de forma pacífica, entre otros.



Puesto que la educación debe cumplir esos dos objetivos, yo me decanto por un modelo de escuela comprensiva. Aquél en el que todos los niños y niñas estudian con los mismos objetivos, en las mismas aulas y con la misma titulación al final de las distintas etapas. Desde mi punto de vista, es el sistema que mejor garantiza la plena integración social del individuo y la igualdad de oportunidades entre todos los alumnos. Un sistema que para nada está reñido con la excelencia y el máximo rendimiento, si los centros y los profesionales cuentan con grupos reducidos y con los recursos y los medios para una atención individualizada de los chicos y las chicas.



Frente a este sistema, existe el modelo educativo competitivo que consiste en una escuela que mantiene itinerarios educativos diferenciados en los estudios de los escolares, en algunos casos desde los doce años de edad, y al final de cada uno de estos itinerarios se alcanzan titulaciones terminales diferenciadas. Es un modelo que se parece mucho a lo que parece propugnar la Sra. Aguirre; sin embargo, la Presidenta se ha olvidado de que en Europa, en aquellos países en los que funciona este sistema, existe una política de becas muy eficaz y potente que permite proseguir con toda clase de garantías los estudios a todos los alumnos más allá de la extracción económica de la que provengan.



Hace unos años, una institución que creo no se le puede achacar que sea un nido de “socialistas dogmáticos”, la Fundación La Caixa, financió un amplio informe sobre los modelos educativos en Europa en el que concluía que, en conjunto, los sistemas educativos de la UE han conseguido un nivel muy alto de formación, de democratización, y de posibilidades de acceso a los estudios postobligatorios para alumnos de todos los grupos sociales. El informe seguía señalando que las interpretaciones sobre las diferencias internas entre los distintos países son complejas y diversas y, que, por lo tanto, no se pueden someter a reduccionismos. Pero, en general, se puede decir que hay una estrecha relación entre el nivel de rendimiento y el nivel de esfuerzo financiero que hace cada país: gasto por alumno o porcentaje del PIB dedicado a la educación. El informe descarta, y esto es importante para lo que estamos tratando, que el modelo de ordenación educativa sea determinante para conseguir mejores rendimientos. Por ello, finalmente concluye que, junto con la mejora en la financiación, se tienen que tener en cuenta los siguientes factores para mejorar nuestros sistemas educativos: el grado de cohesión que existe en la sociedad, los sistemas de formación, selección y actualización del profesorado y el buen funcionamiento de los centros escolares.



Dicho todo lo anterior y para terminar este artículo, la pregunta que yo haría a la Sra. Aguirre en este momento es: ¿Qué hace su proyecto político por la mejora de la financiación, por la consecución de la cohesión social en la sociedad madrileña, por la formación del profesorado o por la dignificación y buen funcionamiento de los centros escolares? Puesto que estamos en campaña y es momento de contrastar modelos: ¡Quedamos a la espera de su respuesta!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Prrffffff.......