9.2.10

El Área Única de Salud madrileña




Para cuando este artículo vea la luz seguro que ya se han reunido los líderes en Madrid de los dos grandes sindicatos –UGT y CCOO- y la Ministra de Sanidad para hablar de la entrada en vigor de la Disposición Final Única de la Ley de Libertad de Elección en la Sanidad en la Comunidad de Madrid. Como todos ustedes conocen, dicha norma establece que “El Sistema Sanitario de la Comunidad de Madrid se organiza en un Área Sanitaria Única integrada por el conjunto del territorio de la Comunidad de Madrid”.


Actualmente, de acuerdo con las previsiones de la Ley 12/2001, de 21 de diciembre de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, nuestro territorio se organiza en 11 Áreas Sanitarias. Esta estructura organizativa de la sanidad pública madrileña no es un mero capricho, responde a criterios geográficos, poblacionales y socioeconómicos, y sirve para establecer funciones de autoridad sanitaria, salud pública y asistencia médica.



Para empezar por el principio. Tenemos que tener claro que el derecho a la protección de la salud recogido en el artículo 43 del Constitución española lo debe prestar la Comunidad de Madrid sin perder de vista la Ley General de Sanidad del Estado. No olvidemos que es el Estado el que de acuerdo con el artículo 149.1.16 de la CE ha de garantizar que en todo el territorio contamos con un modelo integral de Salud que asegure la consolidación de la universalidad, la equidad y la igualdad efectiva en el acceso a las prestaciones sanitarias de todos los españoles. Por eso, aunque las Comunidades Autónomas tienen las competencias sanitarias, eso no quiere decir que el ejercicio de esas funciones se pueda hacer olvidando la legislación básica sanitaria del Estado.


Evidentemente, en temas sanitarios todos tenemos claro que el derecho central es la protección de la salud de los ciudadanos. Pero como decía antes, no se debe olvidar que ese derecho se ha de prestar en condiciones de universalidad, igualdad y desarrollando una política de salud tendente a corregir los desequilibrios territoriales y sociales. Y esto es así no por capricho, sino porque sólo de esa forma se puede conseguir una organización y distribución de los recursos que garantice la protección de la salud; así cómo la continuidad en la atención sanitaria en todos sus niveles y la accesibilidad de los usuarios a los distintos servicios sanitarios.



Por eso precisamente, es la Ley General Sanitaria del Estado la que establece en el artículo 56 que las Comunidades Autónomas delimitarán y constituirán en su territorio áreas de salud que garanticen una organización coordinada, racional e integral. Y es esa misma Ley la que dice que “las áreas de salud se delimitarán teniendo en cuenta factores geográficos, socioeconómicos, demográficos, laborales, epidemiológicos, culturales, climatológicos y de dotación de vías y medios de comunicación, así como las instalaciones sanitarias del área”. “…el área de salud extenderá su acción a una población no inferior a 200.000 habitantes ni superior a 250.000…”.



Pese a lo que dice la Ley General Sanitaria del Estado y las razones organizativas de peso que le llevan a legislar así, la Ley de la Comunidad de Madrid introduce el “Área Única” incumpliendo ese mandato y despreciando esos criterios organizativos. Si esa forma de organizar la asistencia sanitaria responde a criterios altamente contrastados y son los que mejor garantizan la prestación del servicio en igualdad, eficiencia y participación, la pregunta salta a la vista: ¿qué busca la Comunidad de Madrid con su Área Única?



La Ley madrileña deja claro desde el primer momento que el objetivo fundamental es establecer la libertad de elección de médico de los pacientes. En su preámbulo hace un canto ideológico constante a la libertad de los pacientes, como si esa fuera la única cuestión que hay que abordar a la hora de organizar un sistema de salud. Pero por mucho que eso pueda sonar muy bien a quién no conoce la complejidad organizativa de un servicio de carácter universal, no es así. ¡Por supuesto que la libertad es un valor que todos apreciamos! Pero cuando tenemos que ocuparnos de organizar un servicio público de las dimensiones de la sanidad pública no basta con hacer declaraciones principialistas, hay que acometer estrategias organizativas que den racionalidad, viabilidad y eficiencia al sistema. Por eso precisamente la Ley sanitaria del Estado obliga a que las Comunidades Autónomas establezcan Áreas Sanitarias.



Sin embargo, la Comunidad de Madrid, saltándose el mandato de la ley básica del Estado ha decidido prescindir de esa organización. ¿Para defender la libertad de elección de los pacientes? No, libertad de elección de médico ya existe, no hace falta poner “patas arriba” el modelo sanitario para conseguirlo. Luego ¿Qué busca la Comunidad de Madrid con este nuevo sistema?



Parece bastante claro. Basta con conocer cual ha sido la trayectoria en la ordenación sanitaria de la Comunidad en estos últimos años. La privatización del servicio. Primero han sido los grandes centros: los nuevos hospitales. Ahora están pensando en los Centros de Atención Primaria. Y claro, para garantizar la mejor penetración del sector privado, y doblegar a los defensores del servicio de gestión pública, qué mejor que acabar con las Áreas Sanitarias. Al fin y a la postre, son ellas las que establecen los órganos de participación –Consejos de Salud- y, por lo tanto, son en ellas donde los ciudadanos, los sindicatos y los colectivos de médicos, ATS y el resto del personal sanitario están organizados y pueden dar la batalla contra la privatización. Por supuesto, tampoco es menos importante el objetivo de desligar a los profesionales de sus centros de trabajo y de esa manera facilitar el trasvase de médicos y ATS de los centros públicos a los nuevos centros privatizados.



Como decía, una medida que encaja perfectamente en un objetivo bien claro: el desmantelamiento del servicio público sanitario madrileño y su progresiva privatización. ¡Toda una opción política! Frente a ella los que aspiramos a gobernar en Madrid debemos hacer una propuesta clara, inteligible en defensa de la sanidad pública. No por mero capricho, sino porque la sanidad pública universal y gratuita durante treinta años ha sido una de las conquistas sociales más importantes conseguida por los españoles y no podemos ahora dejar que “arribistas de lucrativos negocios” vengan a quedarse con ella a precio de saldo. ¡Defendámosla con convicción!

1 comentario:

Jesus Benito dijo...
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