28.5.10

Madrid contaminado


Que la calidad del aire de Madrid no es buena, es algo que saben todos los ciudadanos. Basta con dar un paseo por cualquiera de las arterias de la ciudad o ser aficionado al ejercicio al aire libre, -que por cierto, se ha convertido en un hobby de alto riesgo para los pulmones de los deportistas- para poder comprobarlo.



En invierno las calderas y el tráfico ahogan el aire limpio que nos deberían garantizar los vientos y las lluvias. En primavera y verano, desaparecen las calderas de las calefacciones, pero siguen los coches atascando las calles y escupiendo humo, y la calma atmosférica y el aumento de las temperaturas nos suponen que la contaminación se mantiene, cuando no aumenta.



“Ecologistas en Acción” presenta año tras año su informe sobre calidad del aire en Madrid y reiteradamente señala el grave problema que tenemos. Ahora, hasta el Fiscal de Medio Ambiente de Madrid ha presentado el suyo en el que apunta la excesiva contaminación de nuestra ciudad y, lo que es más grave, los indicios racionales de que el Ayuntamiento está intentando esconder el problema mediante el cambio de las estaciones de medición y la presentación de los datos de forma conjunta y global en todo el año.



Ante tales evidencias, la Sra. Botella, Concejala de Medio Ambiente, hace un tiempo nos obsequió con un “sorprendente” consejo para evitar la contaminación: “no quedarse parados, ¡circular!”. Puesto que la intensidad de la contaminación no es igual en todos los puntos, lo mejor es, según la Concejala, “mantenerse en movimiento constante”. Ahora, nuevamente, niega el problema y, al mismo tiempo, nos dice que el Ayuntamiento está pensando pedir a la Unión Europea que se aplique la moratoria de cinco años que prevé la Directiva sobre contaminación atmosférica para poder solucionar la contaminación que se extiende por toda la ciudad. ¡Así es la Sra. Botella! Te expone un argumento y el contrario al mismo tiempo, ¡sin pestañear!



Una de las cosas que menos perdona el ciudadano a los políticos es que intenten negar la evidencia, o que le engañen ¡En los últimos tiempos hemos tenido sonoros ejemplos! Y lo que está pasando en Madrid con la contaminación atmosférica es un caso palmario. Todos los madrileños lo sabemos y es absurdo que intenten negar algo que vemos, olemos y sentimos a todas horas. Pero, a pesar de ello, el Gobierno capitalino se afana día tras día en intentar hacernos entender a todos que lo que vemos negro en realidad es blanco.



Madrid tiene un problema de congestión circulatoria que hace intransitable la ciudad, sobre todo en horas punta. Ahora, además, nos estamos dando cuenta que, ese problema nos está envenenado. Las dolencias respiratorias aumentan progresivamente y los muertos por enfermedades pulmonares también. No es cuestión de dramatizar, pero tampoco es admisible que se intente esconder el problema como está haciendo el Ayuntamiento de Madrid.



Y, si no, ¿qué es lo que hay tras la siguiente operación de cambio de estaciones de medición?: teníamos una en la Plaza de Carlos V que, curiosamente, se ha desplazado a las inmediaciones del parque Tierno Galván; teníamos dos más, una en Recoletos y otra en Plaza de España, y resulta que se han cambiado a Sanchinarro y las Tablas. Creo que también había otra en Chamartín que ha desaparecido y, sin embargo, ha aparecido una nueva en el parque del Museo de Ciencias Naturales. ¡Pura casualidad! O como dice la Sra. Botella: cambios para cumplir los mandatos de la Directiva de la Unión.



Precisamente, quiero dedicar mis últimas palabras a leyes y directivas. Aunque la legislación sobre la materia es muy técnica y requiere un análisis más detallado que el que unas líneas en un artículo de opinión permiten se pueden señalar tres aspectos:



Primero, que tenemos una legislación básica de carácter general, la Ley 34/2007, de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera, que es muy clara estableciendo condiciones para la prevención, vigilancia y reducción de la contaminación atmosférica. En concreto, la Ley establece un detallado régimen sancionador y, entre otros hechos constitutivos de sanción, el punto h) del artículo 30 establece que es un hecho muy grave “Ocultar o alterar maliciosamente la información exigida en los procedimientos regulados en esta Ley, cuando ello haya generado o haya impedido evitar, una contaminación atmosférica que haya puesto en peligro grave la seguridad o salud de las personas o haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente”.



Segundo, que en el 2008 se aprobó por la UE una Directiva que incorpora los últimos avances sanitarios, científicos y la experiencia de los Estados miembros en la aplicación de protocolos para la protección de la calidad del aire, y que dice: “que la ubicación de los puntos de muestreo del aire en las grandes aglomeraciones urbanas debe hacerse en las áreas situadas dentro de zonas y aglomeraciones donde se registren las concentraciones más altas a las que la población puede hallarse directa o indirectamente expuestas durante un periodo de tiempo significativo”.



Tercero, que parece que la Sra. Botella no ha leído estos apartados de la Ley 34/2007 y de la Directiva 2008/50/CE. Sin embargo, por sus declaraciones, sí ha leído el apartado de la Directiva en el que se establece la posibilidad de solicitar a la Unión moratorias por incumplir las previsiones de contaminación, lo que lleva implícito que conoce el problema. Luego, si el Ayuntamiento de Madrid es consciente de lo que está sucediendo y no hace nada para solucionarlo, quizás lo que deberíamos hacer es recomendarles la lectura del Código Penal y el tipo de responsabilidad por lesiones a la salud pública.

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