14.5.10

Tiempos de responsabilidad


La economía europea y mundial está subida en una 'montaña rusa'. Los 'especuladores' cambian la situación de las monedas y la estabilidad de los países de un día para otro. El poder político, en especial en Europa, se presenta famélico y extremadamente débil ante la ingente y desgarradora fuerza oculta de los mercados de la especulación internacional. ¡Digamos las cosas como son!: con la desregulación del sistema financiero internacional hemos creado un monstruo dispuesto a engullirnos que ahora no sabemos como controlar.



En la historia de las ideas, cuando una nueva clase social u organización se hace más fuerte que la predominante hasta ese momento, ocupa el poder y determina la nueva organización de la comunidad. En estos días un potente agente social está mostrando su capacidad de dominación: la economía especulativa, un poder que ha acumulado en los últimos años miles y miles de billones de dólares con los que recorre el plantea montado a lomos de bit informáticos poniendo en jaque a los poderes políticos tradicionales. Es un poder que no tiene reglas morales, que desprecia los derechos fundamentales y la dignidad de las personas, que solo se mueve al calor del máximo beneficio y que necesita crecer ilimitadamente para subsistir.



Europa está sufriendo con más rigor que otros los embates de la estrategia especulativa, en parte porque cuando se aprobó el Tratado de Unión Monetaria, nos olvidamos de la Unión Económica y la inmensa desigualdad entre países de la Comunidad pone al Euro en una situación de extrema debilidad. En esta situación, Europa ha tenido que tomar precipitadamente las riendas de su destino. El Consejo del fin de semana pasado creó un fondo de salvación de las economías del euro de 750.000 millones de euros, autorizó al Banco Europeo a entrar en el mercado de la deuda soberana y reclama a las economías más expuestas (España, Portugal, Irlanda e Italia) que hagan ajustes más severos para afrontar la crisis financiera. Pero no será suficiente. Como ha señalado Felipe González, necesitaremos también que Europa haga gobernanza económica para evitar las divergencias tan insoportables entre países y que se regulen los mercados financieros. De no ser así podremos sortear las dificultades presentes, pero nadie podrá garantizar que no vuelvan a repetirse.



¿Y en nuestro país? ¿Qué necesitamos en España? Primero afrontar la crisis con valentía y rigor. Cosa que ha hecho con gran responsabilidad el Gobierno al tomar las medidas de ajuste que el Presidente Zapatero expuso en el Congreso el miércoles 12 de mayo. Segundo, tener altura de miras y sentido de Estado por parte de los agentes políticos y económicos. Los agentes económicos han dado sobrados ejemplos de saber estar a la altura de la responsabilidad que conlleva afrontar sacrificios colectivos. ¿Pero qué pasa con los agentes políticos? Pues que desgraciadamente va a costar mucho que el sentido de Nación y proyecto común se imponga.



Durante demasiado tiempo llevamos viviendo en una estrategia política “frentista”. Parece que todos estamos dispuestos a “quedarnos tuertos si el adversario se queda ciego” y con esta dinámica política tan sólo hemos atizado el rencor y “el esperar mi oportunidad” para asestar un golpe más duro que el que tú me has infligido anteriormente. Ha sido una dinámica que ha distanciado a todas las fuerza políticas y generado una inmensa desconfianza. Ahora la situación política necesita de espacios de encuentro y entendimiento y, desgraciadamente, existen pocos foros y pocas personas que puedan llevar a cabo esa labor. El debate en el Parlamento entre el Presidente del Gobierno y el Sr. Rajoy lo ha puesto en evidencia: ante la solicitud de sentido de Estado que Zapatero pide al líder de la oposición, Rajoy responde con el desprecio y el reproche incoherente que lleva a los populares a presentarse defensores de medida sociales que habían votado en contra tan sólo por el hecho de que ahora se retiren para reducir el déficit –cheque bebé-.



España ha tenido que superar grandes dificultades en su historia reciente y lo ha hecho con buen resultado cuando todos hemos sabido estar unidos para conjurarnos contra el terror, la predestinación o los enemigos externos. La pregunta en este momento de incertidumbre es ¿Seremos capaces de superar nuestra histórica fatalidad y demostrar que también ahora todos vamos a contribuir para superar las dificultades? ¡Veremos!

1 comentario:

Roberto dijo...

Lo que no necesita España es rendirse ante el capital especulativo. No es esto lo que esperamos de Zapatero quienes le votamos. No le votamos para esto. Y no van a quedar muchos dispuestos a votarle si sigue en ese camino. Hay que rectificar. Hay que tomar medidas para gravar al gran capital, que este plan no lleva ninguna. Tenemos una derecha radical esperando que nos estrellemos, y con esto se está frotando las manos.

Esperamos que quienes tenéis la responsabilidad de llevar nuestra voz al parlamento ayudéis a Zapatero a rectificar, a que no nos falle.