22.5.08

EL PP Y LA RENOVACIÓN DEL CGPJ

Casi dos años con un Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) interino tendría que ser motivo de preocupación para todos. Si además sabemos que la estrategia de bloqueo la puso en marcha el PP con la intención calculada de utilizar esta institución en su “plan de resistencia política” desde el mundo de los jueces y tribunales, pasa de un a preocupación a un escándalo y un despropósito que nunca más se debería repetir.

Desde luego ha sido una estrategia con consecuencias. El PP perdió las elecciones, entre otras cosas, por ese comportamiento desleal con el Estado y su buen funcionamiento. Pero lamentablemente, lo del CGPJ ha supuesto que un órgano que tiene como misión el gobierno y la administración de los jueces ha estado dos años paralizado y, lo que es peor, haciendo lo que nunca debería haber hecho: convertirse en la “tercera cámara parlamentaria”.

Las elecciones nos han traído una nueva legislatura, y con ella muchos pensábamos que este asunto, como el de la renovación del Tribunal Constitucional, tendría una pronta solución. Desgraciadamente, las señales que esta dando el PP son bien distintas. Sus “refriegas precongresuales” parecen que nuevamente van a hacer primar los intereses partidistas sobre el interés general.

Será un nuevo error del PP. Ahora más que nunca, el PP que pretende renovar sus equipos y estrategia debería ser capaz de demostrar que tiene sentido de Estado, que pese a su difícil situación política interna –que ojalá supere bien- es capaz de anteponer los intereses de España y un órgano constitucional como es el CGPJ a sus dificultades particulares.

Para aquellos que necesitan que les refresquen de lo que estamos hablando simplemente decirles lo siguiente:

Con el CGPJ estamos ante un órgano constitucional (art.122.2 CE) tan órgano como el Parlamento, el Gobierno, el Defensor del Pueblo u otros. Evidentemente con funciones distintas, pero órgano del Estado y, por tanto, pieza fundamental para el buen funcionamiento de la Justicia.

Después de tanto tiempo en interinidad es lógico que los vocales vivan pensando más en el momento en el que tendrán que “recoger su despacho” que en hacer frente a los problemas que la Administración de la Justicia les plantea. Y no son pocas, baste un pequeño ejemplo:

El CGPJ tiene funciones respecto de otros órganos constitucionales: propone dos candidatos para magistrados del TC; tiene audiencia en la designación del Fiscal General del Estado y tiene que informar muchos proyectos de ley que esté elaborando el Gobierno.


Tampoco podemos olvidar sus importantísimas funciones de administración y gobierno de los tribunales: competencias en la selección, formación y perfeccionamiento de jueces y magistrados; nombramiento; ascensos y destinos; inspección y vigilancia de los Juzgados y Tribunales; potestad disciplinaria; dirección de la Escuela de Práctica Jurídica y, para no extenderme más, la organización de la formación continuada.

Como decía, las cuestiones que en el CGPJ están a la espera de una acción decidida son muchas e importantes. Y para ello se necesita que quién las ponga en marcha sepa que no está en precario. Por eso, el PP debería no buscar excusas de mal pagador y comprometerse en la solución.

No es de recibo volver con la matraca de la forma de elección. Como todo el mundo sabe el artículo 122.3 de la Constitución establece que para la elección de los 20 Vocales del CGPJ, 12 se tendrán que seleccionar de entre Jueces y Magistrados de todas las categorías profesionales en los términos que establezca la Ley Orgánica. Los otro 8 se elegirán entre juristas de reconocido prestigio con más de 15 años de ejercicio profesional, 4 por el Congreso y 4 por el Senado.
La elección de los vocales de la carrera judicial podrá proponerse de forma interna, por jueces y magistrados, o por el Congreso de los Diputados y el Senado. Desde mi punto de vista la solución de mayor legitimación del órgano es la del Congreso Senado (que es quien representa a la soberanía popular). Los contrarios a esta solución dicen que si son los jueces y magistrados quienes eligen a sus miembros se preserva mejor la independencia judicial. Olvidan que la independencia objetiva se garantiza constitucionalmente mediante el estatuto jurídico de jueces y tribunales. No dicen que de esa forma se caería en una legitimidad corporativa que, además es parcial, puesto que no todos los jueces forman parte de las Asociaciones de jueces.
Pero además, sobre este asunto los socialistas ya hemos dado pasos para buscar acuerdos con el PP, no deberían olvidar que la última reforma del CGPJ establece que los Jueces y Magistrados propondrán 36 miembros para que el Congreso y el Senado elijan de entre ellos. Es decir, hemos buscado una solución intermedia, que garantiza la legitimidad democrática y asegura que los jueces hacen una propuesta. Sin embargo, el PP no se ha movido ni un milímetro para desatascar el problema.
¡Ya está bien! Estamos ante un asunto que concierne fundamentalmente a los dos grandes partidos y los dos tienen responsabilidad. Y esa responsabilidad se deduce conociendo los comportamientos de cada cual. Unos, sigue “sentado en la mesa” para solucionar el problema; otros, cuando se presenta en la mesa lo hacen para cortar sus patas, hacer leña y quemar la institución. ¡Mal camino!

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