27.5.08

POLITICA CHIKILICUATRE

El viernes al mediodía decidí desconectar “del trajín” diario de la política y dedicar el fin de semana a la familia y el cumpleaños, muy querido, de uno de mis sobrinos. Todo fue bien hasta el domingo a media mañana, cuando en un informativo oí al señor Rajoy en un acto con afiliados de Nuevas Generaciones decir que quiere un Partido Popular abierto a los nuevos tiempos y capaz de conectar con la mayoría de la gente de la España plural y diversa en la que vivimos.

El señor Rajoy hablando de “la España plural y diversa. ¡Dios mío! Una de dos: o Rajoy recitó el papel descuidado que algún asesor le redactó sin saber bien lo que decía o el cambio de discurso “del nuevo PP” pretende adelantar por la izquierda al Partido Socialista en materia territorial.

Los que tenemos memoria y hemos oído el discurso de Rajoy durante los cuatro años pasados en relación con España y la forma de organizar el Estado de las Autonomías no podemos más que sorprendernos por esas palabras. Hasta hace unos días España estaba resquebrajada, a punto de la fractura, a merced de los nacionalismos periféricos que no querían más que aprovecharse del Estado todo cuanto pudiesen antes de romper definitivamente el pacto constitucional y conseguir la independencia.

Para Rajoy los socialistas estábamos vendidos a los etarras y a los nacionalistas y con los pactos con unos y otros habíamos asestado la “puñalada más certera” que nunca se había dado a la unidad territorial de España. La imprudencia y la insensatez habían presidido todo cuanto en estos cuatro años había hecho el PSOE en materia territorial. Todo esto, según el Señor Rajoy hasta hace pocos días.

Ahora el Señor Rajoy empieza –supuestamente- a descubrir el cambio ideológico para el nuevo tiempo del Partido Popular y habla de un partido más abierto, capaz de conseguir el voto de trece o catorce millones de españoles y para ello entiende que es necesario modernizar su discurso, reconocer la pluralidad de España y respetar su diversidad. La verdad es que suena bien. Yo creo que hasta es muy recomendable para el PP y para los intereses de España que vayan por ese camino. Lo que ha dicho Rajoy es sin duda lo que decimos los socialistas desde siempre en materia territorial y, si analizan la Constitución, lo que mejor se ajusta a las pretensiones del Constituyente y, creo yo, a la realidad de nuestro Estado en estos momentos. Pero el problema no es el cambio. El problema es cómo se juega con los mensajes como si fueran intercambiables y sin más valor que el de llenar el discurso de media hora ante un auditorio que, por estar en este caso en territorio periférico y oídos jóvenes, requería de cierta apertura y progresía.

Creo que es muy preocupante la política “buñuelos de viento” con la que nos obsequian algunos “grandes líderes” del panorama nacional. Es más que un escándalo que cuando un partido (en este caso es el PP, pero podría ser cualquier otro) entra en un proceso congresual, y supuestamente se tiene que debatir sobre el proyecto político que va a ofrecer a los ciudadanos para mejorar sus condiciones de vida y gestionar mejor la complejidad de la sociedad en la que vivimos, de lo único que se hable es de personalismos aderezados con una puesta en escena y dos ideas huecas, intrascendentes, quizás grandilocuentes, en muchos casos contradictorias con lo que se hace en el día a día. Pero no importa. Lo relevante es “dar la nota”, lo importante es llegar al final de los treinta minutos de discurso, caldear los corazones de los asistentes para que aplaudan entusiasmados y que, después, el corte de veinte segundos quede bien en televisión. No importa no tener canción, no tener melodía, no tener música, no tener coreografía. ¡No tener nada! Lo importante es “decir cualquier cosa” y con un poco de convicción y la publicidad necesaria la “sociedad aniñada” en la que vivimos comprará el producto y nosotros podemos seguir tirando hasta la próxima crisis. ¡Lamentable!

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